Por otra parte, en sus versiones más avanzadas, la Inteligencia Artificial puede ayudar a la customización de productos y servicios basándose en las personas a las que vayan dirigidos. Un ejemplo claro es la traducción automática de los textos o el audio que, gracias a la IA, podrán ser consumidos por un público mucho más amplio si son traducidos a varios idiomas.
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Si pensamos en términos pedagógicos, otra de sus potenciales ventajas puede ser la adaptación automática del lenguaje y la complejidad de los contenidos de aprendizaje. Atendiendo así a diferentes niveles de enseñanza, e incluso a los diversos ritmos y estilos de aprendizaje del alumnado, facilitando la accesibilidad y el apoyo a la enseñanza.
Los chatbots como ChatGPT están empezando a ser utilizados para el desarrollo de evaluaciones y actividades de clase. Además, estos asistentes pueden llegar a aumentar la flexibilidad de la enseñanza, proporcionando información y conocimiento fuera del aula, siendo un recurso al que el alumnado puede acceder desde cualquier lugar.
Por otra parte, el personal docente, puede dedicar mayor tiempo a atender cuestiones concretas, dudas de su alumnado, adaptaciones curriculares o asistencia personalizada, en lugar de pasar horas generando exámenes y corrigiéndolos.
La Inteligencia Artificial puede ser también integrada el aula a través de temáticas motivadoras y entretenidas, como es el caso de la robótica educativa. (Moreno, R.D., 2019). Su uso promueve la adquisición de competencias en programación, pensamiento computacional, y fomenta el interés por la cultura tecnológica.