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Existen una serie de factores negativos que nos hacen perder tiempo y ser menos productivos. Algunos de estos factores son (Wikipedia, 2021b):
Hay que procurar evitar todos estos factores para no sobrecargarnos de trabajo y perder tiempo o distraernos de tareas que lo necesitan. Si queremos gestionar eficazmente nuestro tiempo es recomendable habituarnos a emplear un proceso sistemático.
Existen otros factores que hay que evitar para planificar y gestionar nuestro tiempo personal y profesional de la manera más óptima posible (WorkMeter, 2018; Triguero Vargas, 2021):
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El problema no es el tiempo sino la autogestión de este y es esa la que marcará el rumbo de nuestro día a día. Podríamos dividir la autogestión de nuestro tiempo en dos categorías (WorkMeter, 2018):
Tenemos que tender a conseguir una autogestión positiva del tiempo porque los ladrones de tiempo nos pueden llevar a una autogestión negativa. Los ladrones de tiempo producen estos efectos (WorkMeter, 2018):
Existen dos tipos de ladrones de tiempo: externos e internos (WorkMeter, s.f.):
En la práctica también se da el caso de un tercer tipo mixto (combinación de ladrones de tiempo internos y externos) que está presente en el entorno laboral muy habitualmente. Un ejemplo de este tipo mixto sería cuando nos enfrentamos a una jornada en la que tenemos que acudir a demasiadas reuniones; es externo porque las ha planificado nuestra organización, pero también es interno porque de nuestro lado está dar prioridad a las reuniones más necesarias y posponer o no acudir a las que no lo sean.
Sean del tipo que sean, una vez detectada la existencia de ladrones de tiempo, conviene analizar cuáles son los que más frecuentemente ocupan nuestro tiempo, aunque dependerá del trabajo que desarrollemos y de nuestras características personales.
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En la planificación y gestión del tiempo también es necesario saber cómo eliminar tareas que no aportan valor ni a las personas ni a las organizaciones. Las tareas improductivas o que no aportan valor pueden producir estrés, aunque pueden ser inevitables en muchas circunstancias de la vida y hay que saber lidiar con ellas.
El estrés negativo se denomina distrés, mientras que el estrés positivo, también conocido como eustrés o eutrés, nos puede animar a enfrentarnos a los problemas, a ser creativos y responder eficientemente (Wikipedia, 2021b).
Con el establecimiento de prioridades y objetivos puede surgir la preocupación. Debemos ser capaces de gestionarla adecuadamente porque, si no la abordamos apropiadamente, nos puede llevar a un gasto infructuoso de nuestro tiempo y energía.
El método Eisenhower es una estrategia que podemos utilizar para combatir la preocupación y las tareas imperativas, aunque aburridas. La preocupación y el estrés son reacciones a una suma de factores ambientales. Si somos capaces de comprender que no es una parte de nosotros mismos, podemos gestionar la preocupación (Wikipedia, 2021b).
Para eliminar del tiempo dedicado a estudiar o a trabajar lo que no es prioritario se sugiere lo siguiente (Wikipedia, 2021b):