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Se considera fundamental conformar un entorno que lleve a la eficacia, lo que implica:
Elegir el momento adecuado para realizar nuestras tareas es crucial, ya que algunas requieren mucha más concentración que otras. Por ejemplo, las tareas rutinarias no necesitan el mismo nivel de enfoque que las tareas más complejas.
Es recomendable empezar con las tareas más difíciles cuando estamos más descansados, lo cual suele ser a primera hora del día. También es útil aprovechar los picos de atención que cada persona tiene en determinados momentos del día, conocidos como cronotipos*, para realizar las tareas más complicadas y dejar las más sencillas para los momentos de menor atención.
Existen dos tipos principales de cronotipos: las personas "búho", que tienden a quedarse despiertas hasta tarde y se sienten más alertas por la noche, y las personas "alondra", que prefieren acostarse y levantarse temprano, sintiéndose más productivas por la mañana.
En resumen, conocer y aprovechar nuestros picos de atención personales nos ayuda a gestionar mejor nuestro tiempo y a ser más eficientes en nuestras tareas diarias.
*El cronotipo, según el Instituto Internacional de la Melatonina (IiMEL), "es la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día y es distinto para cada persona”.