El plagio académico
La buena práctica del estudio en la universidad, y del trabajo intelectual en general, se basa en dos principios:
- Usar la información ajena respetando y reconociendo nuestras fuentes.
- Usar la información ajena para conocer, para aprender, para mejorar.
Dicho de otra manera: todo lo contrario a "copiar para salir del paso, rápido y sin esfuerzo".
Lo primero es que debemos ser conscientes de que la información ajena es realmente propiedad intelectual de otros, con independencia de la cuestión de los costes (gratis o no) o de la forma en que hayamos accedido a ella (en internet, fotocopiando o consultando un artículo de una revista en la biblioteca, un libro prestado por un amigo, etc.)