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Trabajando con fuentes históricas: archivos y patrimonio documental: Inicio

Guía básica sobre el patrimonio documental español, los archivos y las diversas técnicas o disciplinas de trabajo asociadas

Patrimonio documental

Imagen de libros localizados en un archivo

«Nuestro conocimiento de las invasiones germánicas depende tanto de la arqueología funeraria y del estudio de la toponimia como del examen de las crónicas o de las cartas (…). Las imágenes pintadas o esculpidas, la disposición de las tumbas y su mobiliario, pueden documentarnos sobre sus creencias y actitudes por lo menos tanto como muchos escritos»
 (M. Bloch).

 

Cuando nos enfrentamos a un trabajo académico de carácter inédito y con un necesario componente de exigencia y originalidad (un artículo de revista, una memoria de fin de grado, una tesis doctoral, etcétera), es muy posible que ya no sirvan de nada los viejos manuales que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida universitaria.

Ya no se trata de repetir lo que otros han concluido, sino de desarrollar nuestra capacidad analítica y abrir un camino propio. En definitiva, de aportar, ya sea revelando nuevos datos o examinando, con espíritu crítico, aquellos ya existentes. Del correcto manejo de todas las fuentes a nuestro alcance, dependerá el éxito de nuestro proyecto. En esta guía nos referiremos al patrimonio documental y a los archivos como herramientas esenciales para el investigador.

Fuentes históricas

Son aquellas herramientas que nos permiten conocer, analizar y, en último término, reconstruir hechos pasados.

Según su origen, podemos dividirlas en:

  • Fuentes primarias: aquellas generadas en tiempo cercano a los hechos investigados, de los que son, en muchos casos, consecuencia y testigo.
  • Fuentes secundarias: aquellas elaboradas a partir de las fuentes primarias (estudios, ensayos, manuales, etcétera)

Según su forma, las fuentes primarias pueden ser:

  • Orales: aquellas que nos llegan a través de la palabra (testimonios, entrevistas...) o que tuvieron su origen en la tradición oral (cancioneros, refranes, leyendas, etcétera).
  • Arqueológicas: restos materiales (no escritos) que documentan la acción del hombre a lo largo del tiempo (manifestaciones artísticas, edificaciones, monumentos funerarios, artefactos, vestigios humanos, etcétera). 
  • Escritas: restos que se presentan sobre un soporte material (piedra, cera, arcilla, pergamino, papel, etcétera) y cuentan con un contenido escrito o impreso (trámites jurídico-administrativos, obras literarias, notificaciones, epistolarios, recordatorios, etcétera). 

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