Cuando nos enfrentamos a un trabajo académico de carácter inédito y con un necesario componente de exigencia y originalidad (un artículo de revista, una memoria de fin de grado, una tesis doctoral, etcétera), es muy posible que ya no sirvan de nada los viejos manuales que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida universitaria.
Ya no se trata de repetir lo que otros han concluido, sino de desarrollar nuestra capacidad analítica y abrir un camino propio. En definitiva, de aportar, ya sea revelando nuevos datos o examinando, con espíritu crítico, aquellos ya existentes. Del correcto manejo de todas las fuentes a nuestro alcance, dependerá el éxito de nuestro proyecto. En esta guía nos referiremos al patrimonio documental y a los archivos como herramientas esenciales para el investigador.
Son aquellas herramientas que nos permiten conocer, analizar y, en último término, reconstruir hechos pasados.
Según su origen, podemos dividirlas en:
Según su forma, las fuentes primarias pueden ser: