El trabajo de investigación es una pieza fundamental en la formación académica universitaria, especialmente para los estudiantes que se encuentran en la etapa final de sus estudios de grado, conocida como Trabajo de Fin de Grado (TFG). Este tipo de trabajo no solo representa la culminación de un proceso de aprendizaje, sino que también es una oportunidad para que demuestren su capacidad para aplicar los conocimientos adquiridos, desarrollar habilidades de análisis crítico y contribuir al conocimiento en su campo de estudio.
Al hablar de trabajo de investigación se hace referencia a la redacción de un informe, fruto de la investigación científica, técnica o profesional.
Este informe puede presentar estructuras internas dispares en cuanto a la nomenclatura o la forma de nombrar los distintos epígrafes o partes que lo componen. No obstante, lo normal es que siga un hilo conductor común en el que, en primer lugar, se presente el problema a resolver con una descripción del mismo; a continuación, se narre la forma en que se pretende resolver o cómo se ha elegido llevar a cabo su resolución; y, finalmente, se informe sobre los resultados, hallazgos o logros conseguidos, procurando contextualizarlos dentro de la disciplina o materia a la que pertenece la temática.
Independientemente de la estructura, la redacción del trabajo de investigación requiere una serie de competencias esenciales, entre las que destacan la capacidad de síntesis, el manejo adecuado de fuentes bibliográficas, la organización lógica de las ideas y la precisión en el uso del lenguaje académico. Además, es crucial que el estudiante siga las normas y formatos establecidos por la institución académica, asegurando la coherencia y la calidad del trabajo final.
A continuación...
se presenta, como se decía, una propuesta de estructura, cuya elaboración no va a ser necesariamente lineal en el tiempo.
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