La presentación del trabajo académico requiere, en primer lugar, el visto bueno de tu tutor o tutora. Es decir, no podrás solicitar defenderlo si previamente no ha sido validado por la persona que te ha guiado en su elaboración.
Una vez que cuentes con su autorización, el siguiente paso va a ser proceder al depósito del mismo. Cada facultad prescribe la forma de hacerlo: plazos, formatos, copias, lugar, etc. Lee atentamente las instrucciones al respecto.
Tras esto serás convocado a la defensa de tu trabajo ante el tribunal, que lo juzgará y te otorgará la calificación correspondiente. Se trata de un acto de corta duración, habitualmente unos 15 minutos, y en ese tiempo tienes que aprovechar para exponer lo más destacado de tu trabajo y convencer a los miembros del tribunal utilizando todos los argumentos que seas capaz de usar. La exposición no es un monólogo; es habitual que te hagan preguntas sobre algunos aspectos de la investigación y que pidan aclaraciones sobre cuestiones que no se hayan explicado suficientemente.
Debes estar preparado para todo ello.
Por otro lado, una vez que tu trabajo académico haya superado la evaluación y obtenido la correspondiente calificación puedes pensar en la comunicación del mismo a un público más extenso y en la preservación para asegurar su existencia en el tiempo (que un desastre con tu disco duro no dé al traste con tu esfuerzo).
En la segunda parte de este tema hablaremos de eso: de cómo publicar y/o depositar tu trabajo, tanto en publicaciones formales como en repositorios, para asegurar que tus avances llegarán a un público mayor y que tu trabajo se conservará adecuadamente y podrá ser usado más adelante; siempre preservando tus derechos y el control sobre tus ideas.